El proyecto dio inicio a sus operaciones en abril de 2022 con el fin de cambiar paradigmas en las prácticas forestales, agropecuarias y de manejo de recursos naturales hacia modelos adaptativos que mejoren los medios de vida de la población que vive en pobreza y en áreas de alta vulnerabilidad, degradadas o marginadas; al tiempo que busca mitigar los efectos del cambio climático con la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), restauración de ecosistemas degradados, así como aumentar los sistemas productivos de la zona en beneficio de las familias.

Su cobertura incluye ocho entidades federativas; Guerrero, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, focalizándose en una de las regiones más pobres y marginadas del país, además de ser una de las zonas más vulnerables al cambio climático.